Los ángeles son seres espirituales creados por Dios, cuya existencia y ministerio están plenamente revelados en la Escritura. Aunque invisibles a los ojos humanos, ejercen un papel activo en el cumplimiento de la voluntad divina, tanto en el cielo como en la tierra. Su función no es central ni independiente, sino subordinada a Cristo y al propósito de redención.
Los ángeles no son mitos ni metáforas, sino criaturas reales, espirituales, santas y poderosas, que no poseen cuerpo humano ni atributos divinos. Fueron creados antes de la humanidad como parte de la creación invisible, y permanecen bajo la autoridad de Dios en todo momento.
Su santidad no es inherente, sino sostenida por Dios. No son dioses, ni deben ser tratados como tales.
📖 Colosenses 1:16; Hebreos 1:7; Salmo 103:20–21; 2 Pedro 2:11
El nombre ángel significa “mensajero”, y su papel incluye anunciar, proteger, ejecutar juicios, y guiar conforme a la voluntad de Dios. Actúan de manera invisible o visible según los propósitos del Señor, sin buscar protagonismo ni adoración.
Especialmente, ministran a favor de los redimidos, según el plan eterno.
📖 Hebreos 1:14; Mateo 28:2–7; Génesis 19:15–17; Salmo 34:7
Los ángeles sirven al trono de Cristo y se postran delante de Él. Su existencia está supeditada a la gloria de Jesús, y su actividad siempre apunta al cumplimiento del plan redentor. Anunciaron Su nacimiento, fortalecieron Su humanidad, presenciaron Su resurrección, y le acompañarán en Su retorno glorioso.
Ningún ángel debe ser centro de devoción ni fuente doctrinal independiente.
📖 Apocalipsis 22:8–9; Lucas 1:26–38; Mateo 4:11; 1 Tesalonicenses 4:16
El creyente debe evitar todo sensacionalismo, angelolatría, espiritualismo no bíblico o misticismo emocional relacionado con los ángeles. Toda enseñanza sobre ellos debe surgir exclusivamente de la Escritura. Orar a ángeles, invocarlos o depender de ellos para protección contradice la centralidad de Cristo y la suficiencia del Espíritu Santo.
La sana doctrina honra a los ángeles por su obediencia, pero adora solo a Dios.
📖 Gálatas 1:8; Colosenses 2:18; 2 Corintios 11:14; Deuteronomio 6:13